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Mostrando entradas de septiembre, 2011

AFUERA

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El viernes fuimos al concierto de Caifanes . Hace mucho que no me emocionaba un concierto; la verdad yo creí que no era súper fan pero ahora que fui descubrí que si lo soy y mucho. Yo le dije a Carlos que no me dijera nada si me ponía a llorar, y no es que me encanten ellos ni me muero por Saúl el vocalista, de hecho me daba lo mismo estar adelante que atrás, y vaya que nos tocó pegados a la pared, mas bien fue la nostalgia de aquella época noventera lo que me invadió nuevamente. A pesar de tener borrachos inquietos a mi lado y soportar el cigarro en un lugar encerrado cuando "se supone" esta prohibido y tener media cajetilla de "a gratis" en mis pulmones me sumergí en los recuerdo enredados en aquellas canciones. La que mas marcó mi corazón y mi alma fue la canción de Afuera . Me acuerdo que en 1993 sonaba mucho esa canción y a mi papá le quedaba a la perfección. "Muchos años uno cree que el caer es levantarse y de repente ya no te paras

16 DE SEPTIEMBRE DE 1989

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En en año de 1989 Saltillo era una ciudad tranquila, tan tranquila que estaba en la delgada línea roja de ser aburrida. Todo era pequeño; había un corto paso a desnivel que daba directo al centro y los colegios estaban contados: Estaba el de nuestras rivales que era El Instituto del Valle Arizpe que se conocía más por "Instituto de Vacas Amaestradas", así como el Colegio Nicolás Bravo, que era mejor conocido como el "Colegio de Niñas Bobas" , el cual una boba, digo, una servidora ahí estudiaba; el Colegio México, salesiano y mixto conocido por tener los niños mas guapos, El Colegio Ignacio Zaragoza, El Instituto Alpes, El Colegio Americano, y párale de contar. En esa época yo estaba en la escolta; nunca fue por tener las mejores calificaciones, ni mucho menos por ganarme una beca, simplemente porque media 1:77 al igual que Alma Rosa. Vero, Ana Lucía y Cirenia, apenas medían  1:70 pero al igual eramos las grandotas del Colegio. Nuestra asamblea

DESDE ABAJO

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Conocí a las hermanas en una fría mañana de noviembre del 2000. No las pude ver en todo su explendor porque el día era muy nublado. Nuestra intención era ir a visitarlas y admirar desde su cabeza la magestuosidad de la isla de Manhattan ; pero nos distrajo un anuncio enorme de un modelo guapísimo (por no decir buenísimo) en ropa interior Calvin Klein y unos hot dogs de esos típicos que venden en plena calle mientras el humo salía de las alcantarillas. Cuando por fin pasamos por ahí, las saludamos y mejor les tomamos una foto a medias ya que ni ellas salieron completitas y yo menos. Hoy las gemelas ya no existen y no me arrepiento de no haberlas visitado en su interior. Me hubiera acordado del señor que a lo mejor le compraba un souvenir en las alturas o de las personas que ahí trabajaban. Las hermanas se fueron y ya nunca regresarán, pero estas gemelitas fueron tan valientes que aunque ya no esten fisicamente presentes tienen aún en su interior un enorme corazón que aunque pa